Recarga artificial de acuíferos: una solución para fomentar la gestión sostenible del agua en las ciudades
La gestión del agua en zonas urbanas con elevada demanda requiere una planificación adecuada y soluciones alternativas innovadoras. La recarga artificial de acuíferos mediante la inyección en los mismos de agua regenerada (es decir, agua tratada en las plantas de tratamiento de aguas residuales) ofrece una oportunidad sostenible y con una perspectiva de economía circular para complementar la creciente necesidad de suministro de agua en las ciudades.
Amphos 21 y Northline están desarrollando el proyecto “Prueba piloto de reutilización de aguas regeneradas para la recuperación de acuíferos sobreexplotados en Sant Lluís, Menorca” por encargo de la Dirección General de Recursos Hídricos del Gobierno Balear.
En este proyecto se reutiliza el agua tratada mediante ósmosis inversa en la planta de tratamiento de aguas residuales de Sant Lluís (Menorca), y se inyecta en el acuífero para mejorar la calidad y cantidad de los recursos disponibles en el medio natural. Así se utiliza el acuífero, es decir, el medio natural, para almacenar el agua residual tratada y de calidad óptima. Este agua permite aumentar la reserva natural del acuífero, de manera que el agua estará disponible para épocas de mayor demanda. Además, la calidad del agua regenerada es mayor que la del agua existente en el acuífero, y a la vez, debido a procesos naturales inherentes a la dinámica de los acuíferos, se genera un tratamiento adicional al agua almacenada.
Por todo esto, el proyecto de recarga artificial de acuíferos liderado por Amphos 21 y Northline permite reducir el impacto ambiental negativo per cápita de las zonas urbanas, prestando especial atención al recurso hídrico, promoviendo su uso eficiente, y a la vez contribuyendo a la mitigación del cambio climático e implementando soluciones de economía circular.
El proyecto consta de una planta piloto para el tratamiento del agua residual de la EDAR que está dimensionada para producir dos líneas de 100 m3/día y hasta 200 m3/día en continuo, los cuales se inyectarán en el acuífero mediante dos pozos. La red de control del agua inyectada consta de un total de 12 piezómetros de nueva construcción y pozos existentes, los cuales serán equipados con sensores de presión de agua y de calidad, además de ser muestreados a lo largo del año que dura la prueba. Dado que el agua en origen tiene un contenido en materia orgánica elevado, se realizará un tratamiento en cinco fases y un pretratamiento químico antes de la ósmosis.
Los controles analíticos del agua de inyección garantizarán un agua de calidad que permitirá no sólo aumentar el recurso subterráneo disponible, sino que además mejorarán su calidad. El proyecto tiene una duración de un año, durante el cual se evaluarán periódicamente los impactos en el acuífero. Los resultados obtenidos permitirán tomar decisiones para futuras implementaciones a escala real.