Evaluación del impacto de productos tóxicos y radiactivos sobre la salud humana
Una de las metas dentro del Objetivo de Desarrollo Sostenible #3 (Salud y bienestar), es la reducción sustancial del número de muertes y enfermedades producidas por productos químicos peligrosos y por la contaminación del aire, el agua y el suelo.
Amphos 21 contribuye en la reducción de los efectos nocivos a la exposición de productos químicos peligrosos y radiactivos mediante la implementación de metodologías focalizadas en la identificación y evaluación de estos efectos y la generación de soluciones para minimizar su impacto sobre la salud humana y el medio ambiente.
Para ilustrar el trabajo que realiza Amphos 21 en este ámbito, a continuación, presentamos un ejemplo que abarca la identificación del problema, la evaluación de los posibles riesgos sobre la población, y la propuesta de soluciones para minimizar los efectos adversos del contaminante para las personas expuestas.
A continuación, exponemos el contexto en el que se desarrolla este caso de estudio:
Un cliente desea rehabilitar un emplazamiento industrial en el cual se encuentra una nave industrial abandonada. La propuesta de rehabilitación consiste en convertir el emplazamiento en una zona de uso comunitario para disfrute de los vecinos. De este modo, se pretende mantener parte de la nave para crear un espacio de coworking, o para el desarrollo de actividades artísticas como el rodaje de películas. También se plantea utilizar el emplazamiento como una zona de ocio para celebrar conciertos, exposiciones u otras actividades.
El emplazamiento es colindante con otro emplazamiento industrial que está contaminado con substancias tóxicas como hidrocarburos, componentes orgánicos volátiles (COV) y amianto, y también contienen elementos radiactivos como el radio, debido a diversas actividades médicas e industriales desarrolladas en el pasado en dicho emplazamiento. La presencia de estos contaminantes puede representar un riesgo para la salud de las personas.
La presencia de radio y sus productos de desintegración en la zona colindante es una de las cuestiones que crea mayor preocupación tanto a autoridades como a la comunidad, debido al riesgo de exposición a radiaciones ionizantes (riesgo radiológico) por parte de los futuros usuarios de la instalación. Amphos 21 realizó una evaluación del impacto de la presencia de estos materiales en los futuros usuarios de la instalación y propuso diversas medidas para la disminución y control del riesgo radiológico.
La metodología seguida en este estudio constó de 4 fases:
- Realización de una campaña de análisis radiológico que permitió conocer el estado actual del emplazamiento. Se determinó la concentración de radón en el aire, concentración de otros elementos radiactivos en el polvo y en diversas superficies, como por ejemplo paredes.
Fig.1: Esquema de la campaña de muestreo para determinar la radiactividad actual en el emplazamiento.
- Evaluación del impacto radiológico sobre los futuros trabajadores y usuarios del emplazamiento rehabilitado. La evaluación se realizó teniendo en cuenta los datos obtenidos de la campaña radiológica y se definieron diferentes escenarios de futuro posibles, cubriendo las distintas tipologías de trabajadores y de usuarios del emplazamiento.
- Comparación de los resultados obtenidos de la evaluación de impacto con los límites legales. Para asegurar que no existe riesgo, se realizó un análisis de sensibilidad de carácter conservativo, es decir, utilizando hipótesis desfavorables, que sobreestimasen el riesgo.
- Elaboración de una lista de medidas preventivas y correctivas.
- Los resultados de las etapas anteriores demostraron que el impacto radiológico se hallaba por debajo de los límites legales. Sin embargo, uno de los grandes principios de la protección radiológica es el principio denominado ALARA, de las siglas en inglés As Low As Reasonably Achievable. Por tanto, se plantearon medidas preventivas para minimizar el impacto. Algunas de ellas fueron:
- determinar zonas no accesibles
- reforzar los muros de separación entre emplazamientos para blindar la radiación externa.
- Ventilar las zonas cerradas para prevenir el impacto del radón.
La realización de este tipo de estudios permite asegurar que la salud de la población y de los trabajadores no se vea alterada por contacto con contaminantes peligrosos y/o radiactivos presentes en cualquier entorno. Es muy importante considerar que la metodología seguida varía mucho en función del caso de estudio, según el tipo de contaminante, y el contexto del emplazamiento y sus usos, lo cual hace imprescindible contar con asesoría de profesionales expertos en cada caso.